Las autodenominadas «mujeres ardientes», que protestan contra una forma extrema de violencia doméstica que se ha vuelto viral una estudiante que se arranca las uñas y las pestañas, y otra que intenta ayudarla los años de apagones dictados por el gobierno durante los cuales se intoxican tres amigas que lo serán hasta que la muerte las separe el famoso asesino en serie llamado Petiso Orejudo, que sólo tenía nueve años hikikomori, magia negra, los celos, el desamor, supersticiones rurales, edificios abandonados o encantados. Con la cotidianidad hecha pesadilla, el lector se despierta abatido, perturbado por historias e imágenes que jamás conseguirá sacarse de la cabeza. Bastan pocas frases para pisarlo, respirarlo y no olvidarlo gracias a una viveza emocional insólita. El mundo de Mariana Enriquez no tiene por qué ser el nuestro, y, sin embargo, lo termina siendo.
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